Botnia:
Nuevas emanaciones
El intenso humo y el fuerte olor provenientes de la fábrica de pasta de celulosa Botnia, frente a la costa Gualeguaychú, volvió a preocupar a vecinos y asambleístas por varias horas. También se observaron reflujos en el río Uruguay y estelas blancas que salían desde la planta.
Una vez más, después de las emanaciones surge la promesa del gobierno de Entre Ríos de instalar un observatorio permanente en la isla Inés, frente a la pastera, con asesoramiento de la Secretaría de Ambiente.
Claro que Botnia arremete con nuevas y ridículas excusas. La directora de comunicaciones asegura que Botnia no genera emisiones tóxicas ni episodios de contaminación, y explica que las "nubes de humo obedecen a un fenómeno atmosférico habitual debido a la condensación del vapor de agua en contacto con las bajas temperaturas" (Semanario Análisis Digital, 13/7).
A raíz de los hechos (emanaciones) y las reacciones (negativa de los hechos por parte de Botnia y la intención del dragado del río), la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú aprobó una movilización al puente internacional General San Martín para repudiar un nuevo accionar de Botnia en contra del medio ambiente y la naturaleza.
A esta lucha se suma una ONG uruguaya, que está contra las fábricas de celulosa y las plantaciones de monocultivos de eucaliptos, y exige el cierre de Botnia.
Botnia, que es el mayor capital instalado en Uruguay para la producción de celulosa, nuclear y biocombustibles, cambió de firma. El gobierno del Frente Amplio no sabía que existía una negociación que implicaba el alejamiento de Botnia de Fray Bentos, y que más del 90% de sus acciones pasaba a la también finlandesa UPM Kymmene. Es sabido que muchos soñaban con estas inversiones, los grandes propietarios de la tierra que vieron cómo se arrasaba el medioambiente mientras la empresa buscaba aumentar la rentabilidad sin conflictos sociales y sin concentraciones de trabajadores innecesarios. UPM echó a 3.600 trabajadores para aumentar su rentabilidad sólo en 2008.
También los dirigentes sindicales apoyaron a Botnia porque iba a dar trabajo, pero ahora UPM se llevará las enormes ganancias obtenidas de la superexplotación de los trabajadores que implica la existencia de mano de obra barata para las inversiones privadas y de las ventajas comparativas que existen con el clima y el suelo de este país. Mientras tanto, el gobierno propone cambiar los restos de Artigas de lugar...
Tribuna Ambiental apoya a la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, como lo hizo desde el principio del conflicto, y nos ponemos a su disposición para la organización de distintas acciones en Buenos Aires.
En sus reclamos a todos los trabajadores afectados, tanto por Botnia como por sus nuevos dueños.
No a los despidos ni a las suspensiones. No a la superexplotación de los trabajadores ni a la reducción los salarios, tanto en Argentina, Uruguay o cualquier otro país del mundo.
Que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores.
Nuevas emanaciones
El intenso humo y el fuerte olor provenientes de la fábrica de pasta de celulosa Botnia, frente a la costa Gualeguaychú, volvió a preocupar a vecinos y asambleístas por varias horas. También se observaron reflujos en el río Uruguay y estelas blancas que salían desde la planta.
Una vez más, después de las emanaciones surge la promesa del gobierno de Entre Ríos de instalar un observatorio permanente en la isla Inés, frente a la pastera, con asesoramiento de la Secretaría de Ambiente.
Claro que Botnia arremete con nuevas y ridículas excusas. La directora de comunicaciones asegura que Botnia no genera emisiones tóxicas ni episodios de contaminación, y explica que las "nubes de humo obedecen a un fenómeno atmosférico habitual debido a la condensación del vapor de agua en contacto con las bajas temperaturas" (Semanario Análisis Digital, 13/7).
A raíz de los hechos (emanaciones) y las reacciones (negativa de los hechos por parte de Botnia y la intención del dragado del río), la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú aprobó una movilización al puente internacional General San Martín para repudiar un nuevo accionar de Botnia en contra del medio ambiente y la naturaleza.
A esta lucha se suma una ONG uruguaya, que está contra las fábricas de celulosa y las plantaciones de monocultivos de eucaliptos, y exige el cierre de Botnia.
Botnia, que es el mayor capital instalado en Uruguay para la producción de celulosa, nuclear y biocombustibles, cambió de firma. El gobierno del Frente Amplio no sabía que existía una negociación que implicaba el alejamiento de Botnia de Fray Bentos, y que más del 90% de sus acciones pasaba a la también finlandesa UPM Kymmene. Es sabido que muchos soñaban con estas inversiones, los grandes propietarios de la tierra que vieron cómo se arrasaba el medioambiente mientras la empresa buscaba aumentar la rentabilidad sin conflictos sociales y sin concentraciones de trabajadores innecesarios. UPM echó a 3.600 trabajadores para aumentar su rentabilidad sólo en 2008.
También los dirigentes sindicales apoyaron a Botnia porque iba a dar trabajo, pero ahora UPM se llevará las enormes ganancias obtenidas de la superexplotación de los trabajadores que implica la existencia de mano de obra barata para las inversiones privadas y de las ventajas comparativas que existen con el clima y el suelo de este país. Mientras tanto, el gobierno propone cambiar los restos de Artigas de lugar...
Tribuna Ambiental apoya a la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, como lo hizo desde el principio del conflicto, y nos ponemos a su disposición para la organización de distintas acciones en Buenos Aires.
En sus reclamos a todos los trabajadores afectados, tanto por Botnia como por sus nuevos dueños.
No a los despidos ni a las suspensiones. No a la superexplotación de los trabajadores ni a la reducción los salarios, tanto en Argentina, Uruguay o cualquier otro país del mundo.
Que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores.
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