Petróleo: La contaminación "invisible"
La explotación petrolera capitalista produce, además de la contaminación más visible (derrames en superficie y/o en napas de agua subterránea), una contaminación "invisible" pero no menos letal y de largo alcance: la radioactiva.
Este es un tema que las empresas prefieren mantener oculto pero que, de tanto en tanto, aflora por "accidentes" que toman estado público. Eso ocurrió el martes pasado en Rincón de los Sauces, cuando un operario en un pozo se puso en contacto con una pastilla radioactiva que se utiliza en las tareas de perforación.
La noticia (publicada en el Río Negro del 15/1) fue minimizada por las autoridades sanitarias provinciales y por el secretario general del sindicato. Pero el tema no debería reducirse a una noticia "médica", sino al conocimiento que toda la sociedad debe tener sobre el uso de sustancias radioactivas en zonas de explotación petrolera y su incidencia en los suelos y en acuíferos que luego consumen animales y personas (ver PO Nº 756, 30/5/02).
El uso de sustancias radioactivas como trazadores es bastante común en esta industria. A lo que debe agregarse el uranio, torio y otras sustancias radioactivas, que naturalmente se encuentran en la profundidad, pero que son arrastradas a la superficie por los lodos de perforación, donde se concentran. Al respecto en un informe sobre "Medición de Radioactividad Natural, Monitoreo Expeditivo Area Neuquina", los realizadores del estudio afirman "... que se ha medido en áreas cercanas niveles de radiación cercanos a 2,5 miliroetgen/hora a 10 cm....".
Respecto al área monitoreada, el estudio encontró que "los contenidos de uranio total en agua superan los establecidos por la Ley 24.051..." y que "...la actividad medida en las muestras de agua también indican valores superiores a las concentraciones naturales....".
El tope establecido por la Ley 24.051 para el uranio total es de 10 mgr/litro en agua dulce, y los valores encontrados en el área petrolera en cuestión fué de "entre 100 y 200 mgr/litro". ¡Veinte veces más!
Lo mismo dice respecto a otra sustancia radioactiva, como el torio.
El estudio recomienda que "teniendo en cuenta la problemática instalada en el área respecto del agua potable y a la detección de uranio total por encima de los límites vista en este informe..., resultará que de tomar estado público, las empresas debieran ser las primeras en estar preocupadas en el control en el ámbito de trabajo".
En una provincia como Neuquén, donde los dos tercios de su superficie son áreas en exploración o explotación, con zonas donde los pozos se ubican a escasos metros unos de otros, y todo esto incluso en zonas pobladas, dentro de los radios urbanos y mezclados con zonas de producción frutihortícola, la población está siendo sometida a consecuencias insospechadas (y no medidas por la Salud Pública).
Norberto E. Calducci
La explotación petrolera capitalista produce, además de la contaminación más visible (derrames en superficie y/o en napas de agua subterránea), una contaminación "invisible" pero no menos letal y de largo alcance: la radioactiva.
Este es un tema que las empresas prefieren mantener oculto pero que, de tanto en tanto, aflora por "accidentes" que toman estado público. Eso ocurrió el martes pasado en Rincón de los Sauces, cuando un operario en un pozo se puso en contacto con una pastilla radioactiva que se utiliza en las tareas de perforación.
La noticia (publicada en el Río Negro del 15/1) fue minimizada por las autoridades sanitarias provinciales y por el secretario general del sindicato. Pero el tema no debería reducirse a una noticia "médica", sino al conocimiento que toda la sociedad debe tener sobre el uso de sustancias radioactivas en zonas de explotación petrolera y su incidencia en los suelos y en acuíferos que luego consumen animales y personas (ver PO Nº 756, 30/5/02).
El uso de sustancias radioactivas como trazadores es bastante común en esta industria. A lo que debe agregarse el uranio, torio y otras sustancias radioactivas, que naturalmente se encuentran en la profundidad, pero que son arrastradas a la superficie por los lodos de perforación, donde se concentran. Al respecto en un informe sobre "Medición de Radioactividad Natural, Monitoreo Expeditivo Area Neuquina", los realizadores del estudio afirman "... que se ha medido en áreas cercanas niveles de radiación cercanos a 2,5 miliroetgen/hora a 10 cm....".
Respecto al área monitoreada, el estudio encontró que "los contenidos de uranio total en agua superan los establecidos por la Ley 24.051..." y que "...la actividad medida en las muestras de agua también indican valores superiores a las concentraciones naturales....".
El tope establecido por la Ley 24.051 para el uranio total es de 10 mgr/litro en agua dulce, y los valores encontrados en el área petrolera en cuestión fué de "entre 100 y 200 mgr/litro". ¡Veinte veces más!
Lo mismo dice respecto a otra sustancia radioactiva, como el torio.
El estudio recomienda que "teniendo en cuenta la problemática instalada en el área respecto del agua potable y a la detección de uranio total por encima de los límites vista en este informe..., resultará que de tomar estado público, las empresas debieran ser las primeras en estar preocupadas en el control en el ámbito de trabajo".
En una provincia como Neuquén, donde los dos tercios de su superficie son áreas en exploración o explotación, con zonas donde los pozos se ubican a escasos metros unos de otros, y todo esto incluso en zonas pobladas, dentro de los radios urbanos y mezclados con zonas de producción frutihortícola, la población está siendo sometida a consecuencias insospechadas (y no medidas por la Salud Pública).
Norberto E. Calducci
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